jueves, 9 de septiembre de 2010

En Chiapas, Salazar y Sabines, "verguenza de la izquierda", dice Laura Itzel Castillo

Homenaje al doctor Gilberto Gómez Maza

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas 8 de septiembre de 2010


Agradezco especialmente a mi amigo Jorge Moscoso, la invitación a participar en este sentido homenaje.

Señores y señoras, distinguidos miembros del presídium.

Gilberto Gómez Maza fue miembro de una generación cuya retribución consistía en grandes bocanadas de utopía. Este médico prestigiado, sobreviviente de la masacre estudiantil de 1968, nunca vivió de la política. Aunque muchos no lo crean, hubo una época en la que no se pensaba en salarios y cargos públicos, sino en servicio y lucha social. Había mística revolucionaria. En ese tiempo lo conocí. Me lo presentó el ingeniero Heberto Castillo.

Muchos de los de entonces, perdieron esa mística con el paso del tiempo, pero él no. Fue congruente hasta el final. El largo recorrido que inició en el PMT, luego en el PMS y posteriormente en el PRD, no lo hizo perder el rumbo, pese a las múltiples crisis y escisiones de la izquierda en ese lapso. Cuando renunció al partido del sol azteca, del cual fue fundador en Chiapas, lo hizo bajo la convicción de que el PRD había iniciado su debacle y no quería ser testigo de ello.

Desde diciembre de 2000, cuando el doctor abandonó su militancia partidista, más no su inscripción en la izquierda, fue capaz de vislumbrar que la organización que ayudó a construir, se había convertido en “un gran negocio de grupúsculos y mafias que ponían a la venta, al mejor postor, las candidaturas e incluso el propio partido”.

Su denuncia fue precedida de una serie de desencuentros a su paso por la dirigencia estatal perredista ,su cargo de diputado local y aún su campaña como candidato a gobernador. No está por demás recordar que, en aras de la unidad de las fuerzas progresistas, declinó a su candidatura en favor de Pablo Salazar Mendiguchía, cuya administración y la de su sucesor, Juan Sabines, han sido una decepción para la izquierda, pese a haber arribado al poder bajo esta inscripción.

Gilberto Gómez Maza no aceptó las migajas que pretendía entregar al PRD el gobernador Salazar y prefirió seguir en la oposición. No se trataba de chambas ni del poder por el poder, sino de una transformación real de la sociedad y de las formas de hacer política. Y ninguno de ellos se diferenció sustancialmente de sus antecesores priistas, sobre todo este último, que ha acuñado mil formas de conjugar la antigua y muy oficialista frase: “Gracias, Señor Presidente”.

En efecto, el gobernador Sabines ha sido el ganador absoluto, frente a sus pares panistas y priistas, de un añejo concurso que presuntamente había sido descontinuado al arribar el país a la alternancia en el poder: el concurso de la genuflexión frente a Los Pinos, sin importar que su ocupante temporal sea el señor Calderón. Para vergüenza de la izquierda....


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