viernes, 21 de octubre de 2011
Gadafi y la izquierda latinoamericana
Vínculos. Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales estuvieron en Libia
Carlos Morales y agenciasMuamar al Gadafi desplegó una amplia política de alianzas con sectores radicales de izquierda en los últimos 40 años en América Latina. El presidente venezolano, Hugo Chávez, es el gran respaldo que mantiene el líder libio, mientras que el mandatario boliviano, Evo Morales, ha evitado pronunciarse respecto de su exaliado político e ideológico, cuando el libio es buscado por fuerzas rebeldes y por la comunidad internacional por crímenes de lesa humanidad.
Poco después de que estallara la guerra civil contra Gadafi en marzo pasado, Morales se declaró contrario a una intervención militar extranjera en Libia, pero también condenó la muerte de civiles en ese país del norte de África por parte de fuerzas pro gubernamentales.
Seis meses después, la crisis libia ha dividido las aguas en la región.
Mientras países como Colombia y Chile cuestionan al régimen de Gadafi, los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Nicaragua salieron en su defensa y exigen detener los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a su vez que desconocen a las autoridades del Consejo Nacional de Transición (CNT), organización política de los insurrectos libios.
Hugo Chávez es el que lleva la voz cantante en la defensa de Gadafi, que mantuvo estrechos vínculos políticos y militares con la izquierda radical de América Latina desde su llegada al poder en 1969.
Tras la entrada de los rebeldes a Trípoli el fin de semana pasado, Chávez ha reiterado a diario su apoyo público a Gadafi, a quien considera su amigo y con quien ha tejido una estrecha relación en la última década.
Pero Chávez, un militar en retiro, es quizás el político latinoamericano que más tardíamente se vinculó con Gadafi.
“En los años 70 muchos líderes revolucionarios vinieron aquí (a Libia). Yo no pude porque estaba en el Ejército. Cuando el Libro Verde comenzó a llegar a Venezuela, ya nosotros andábamos siguiendo el ejemplo de Gadafi”, afirmó Chávez en un discurso en Trípoli en 2009, cuando acudió a la celebración de los 40 años de la revolución libia.
“Yo siempre le dije a muchos compañeros del Ejército: Si Gadafi y aquellos jóvenes militares libres lo hicieron, ¿por qué nosotros no podremos hacerlo?”, señaló en aquella ocasión Chávez.
Un año antes, en Trípoli, Evo Morales, otro integrante de la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba), destacó las coincidencias ideológicas con quien encabezó una brutal dictadura. El líder cocalero aseguró entonces que había leído con atención el Libro Verde escrito por Gadafi y destacó su respaldo a los postulados del modelo libio. Morales ha resuelto pasar su alianza a la congeladora y no se pronunció sobre la actual situación de Gadafi.
Pero la relación del rais (líder en urdú) con América Latina tiene historia.
El impacto de Gadafi en los movimientos insurgentes de América Latina estuvo asociado a la reivindicación de los países del Tercer Mundo, como alternativa de izquierda frente a la ex URSS, explicó David Paravisini, quien fue diplomático venezolano en Libia.
“Gadafi surge en un momento de renovación. Se venía no solo de la derrota de los movimientos guerrilleros en América del Sur (la guerrilla de origen comunista en Venezuela y el Che Guevara en Bolivia), sino de un cuestionamiento mundial a los partidos comunistas, especialmente de Europa occidental, que eran poderosos pero no accedían al poder”, explicó Paravisini.
En ese contexto, “Gadafi comenzó a captar gente a la que llevaba a Libia para formarla ideológicamente. Pero el único apoyo sólido de Libia en la región fue al gobierno sandinista, tras el triunfo de la revolución en 1979″.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, es el otro gobernante latinoamericano que ha respaldado a Gadafi de cara a la rebelión interna, las sanciones y la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La revolución en Nicaragua provocó “la solidaridad de muchos gobiernos no solo del campo socialista, como Cuba, sino también de países árabes como Libia”, indicó el general retirado Hugo Torres, actual diputado de la disidencia sandinista.
Según Torres, Gadafi brindó más de $us 300 millones en cooperación a la revolución (1979-90). El exvicecanciller del primer gobierno sandinista Víctor Tinoco afirma por su parte que fueron $us 100 millones en créditos, más intereses acumulados que finalmente fueron condonados en 2010.
Cuando Violeta Chamorro ganó la presidencia de Nicaragua en 1990 fueron cortadas las relaciones diplomáticas con Libia, hasta que Ortega regresó al poder en 2007 y las reanudó.
En Centroamérica, también la guerrilla salvadoreña Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) tuvo contactos y apoyo de parte de Gadafi en los años 80. Sin embargo, el Gobierno del presidente Mauricio Funes, apoyado por el FMLN, al igual que su par boliviano, Evo Morales, ha guardado silencio sobre Libia.
Juan Ramón Medrano, excomandante del FMLN, explicó a la agencia AFP que en los 80 “hubo varios viajes y reuniones de la gente de la comandancia. Sé que hubo apoyos, alguna comunicación y lo más seguro algún dinero y algunas armas”.
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