La defensa del petróleo y la unidad
de las fuerzas populares
9 de septiembre de 2013
El panorama político en México tiende a ser modificado al
debilitarse el bloque derechista en el poder y al avanzar en la unidad las
fuerzas populares. Inicialmente en manos de Enrique Peña Nieto, el Partido
Revolucionario Institucional y sus aliados y socios, su iniciativa política
permitió aprobar la reforma de la Ley Federal del Trabajo, a fines del sexenio
pasado, y en lo que va del presente, firmar el Pacto por México de los tres
partidos principales y reformar los artículos 3º y 73 constitucionales, la Ley
general de Educación, y expedir la Ley para la Evaluación de la Educación y la
Ley General del Servicio Profesional Docente. Los tecnócratas, engallados,
pasaron a promover la reforma de los artículos 27 y 28 de la Constitución General
de la República y la reforma fiscal. Sin embargo, estos pasos los emprendieron
sin considerar las dificultades económicas y políticas de Estados Unidos y sus
repercusiones inmediatas en nuestro país. El crecimiento económico, por enésima
vez, persiste en ser mediocre e incapaz para permitir elevar, cuando menos en
parte, el poder de compra de los salarios de los trabajadores, fortalecer la
economía formal y sentar las bases para una recuperación del aparato
productivo.
La Unión
Patriótica por el Rescate de la Nación
En tales condiciones, el bloque neoliberal perdió la
iniciativa política y comenzó a tener problemas jamás pensados: alrededor de
800 mil trabajadores de la educación realizaron y realizan paros indefinidos y
por tiempo determinado, manifestaciones y mítines, tomas de locales
gubernamentales y sindicales, plantones en la Ciudad de México y las capitales
de los estados, cercos a diversas instalaciones y otras acciones de masas,
respaldados por padres de familia, alumnos, estudiantes de enseñanza superior,
trabajadores asalariados, colonos, campesinos, indígenas y organizaciones
sociales y políticas. El ambiente comienza a calentarse. Los padres de familia
en la capital federal y varias entidades federativas… ¡toman las escuelas para
protestar contra la reforma “educativa”!, en tanto que los empleados bancarios
denuncian que la reforma hacendaria tiene un fondo administrativo y laboral. La
represión contra los indígenas no logra disolver las policías comunitarias y en
los casos de Guerrero y Michoacán, el problema no tiene visos de solución.
En cambio, las fuerzas populares tienden a coincidir
programática y políticamente. En torno a la defensa del petróleo coinciden
Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, grupos del Partido de la Revolución
Democrática, el Partido del Trabajo, el Movimiento Ciudadano y la izquierda
socialista. Pero la unidad es más amplia. Así, el 3 de octubre retropróximo, se
fundó la Unidad Patriótica por el Rescate de la Nación, con la participación de
más de 800 ciudadanos y 170 organizaciones, provenientes de 15 estados de la
República. En un ambiente de unidad, la asamblea aprobó en lo general las Bases
para la constitución del espacio unitario en defensa del petróleo, la
educación, los derechos del pueblo, el territorio, y la soberanía nacional
, que al caracterizar la situación nacional señala que e stá en riesgo el
futuro de México y la existencia de la nación mexicana. De esta manera, nació
la Unión Patriótica por el Rescate de la Nación.
México padece un proceso de ocupación neocolonialista
integral. La tercera parte de su territorio está concesionado a las
trasnacionales extranjeras y nacionales. La injerencia del gobierno
estadunidense en la definición del rumbo del país es abrumadora. Los yanquis
igual definen las políticas comerciales como las leyes mineras, educativas y
financieras; imponen el cultivo de transgénicos y el consumo de alimentos y
medicinas basura, o aprueban o impugnan a quienes ocupan los principales
puestos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina y la Seguridad
Pública, mientras sus policías y militares controlan el espacio aéreo, los
puertos y los sistemas de inteligencia del gobierno mexicano.
En dicho contexto, el Pacto por México, firmado en principio
por el nuevo ocupante del poder ejecutivo y los dirigentes de los tres partidos
principales, es un pacto que no cuenta con la participación y el aval de la
sociedad nacional. Es un pacto de la clase política vende patria para
profundizar las políticas neoliberales, un pacto contra lo que nos queda de
soberanía nacional, democracia y justicia social.
A eso obedece el nuevo paquete de “reformas estructurales”,
ésa es la finalidad de la contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo, de la
llamada “reforma” educativa, ése es el objetivo de la entrega de la renta
petrolera y de todo el sector energético y minero, de la fiscal que pretende
incrementar los precios de los servicios y bienes públicos, además de cobrar
nuevos impuestos a las clases populares.
La supuesta reforma educativa pretende suprimir el carácter
público y gratuito de la educación, además de violentar los derechos laborales
del magisterio y las bases culturales de la nación. La reforma hacendaria
quiere imponer mayores cargas impositivas a las clases populares. Estas
reformas no hacen más que perpetuar las causas estructurales del desastre y la
catástrofe humanitaria nacionales.
El gobierno de Enrique Peña Nieto carece de legitimidad. El
neoliberalismo impone la ocupación, el despojo y el desmantelamiento de la
economía, la cultura y los derechos del pueblo de México a favor de la
oligarquía mexicana, las multinacionales y el imperialismo norteamericano,
mediante el golpismo, la transgresión del orden constitucional y la violación
del derecho al sufragio efectivo. Por ello, el pueblo de México y la Unión
Patriótica por el Rescate de la Nación deben impulsar una demanda en contra
de Enrique Peña Nieto por traición a la Patria.
Así, la construcción del caos, del miedo y de la catástrofe
humanitaria, fenómenos derivados de una economía criminal y de la inseguridad
generalizada, son parte de la estrategia de guerra que bajo la orientación
estadunidense hace de la dictadura mediática y del supuesto combate al crimen
organizado, sus principales medios para legitimar la creciente militarización
del país, para imponer el control social y desarrollar la contrainsurgencia, la
criminalización de la protesta social y el estado de barbarie que en los
últimos años ha cobrado más de 100 mil víctimas mortales, 30 mil desaparecidos
y centenas de miles, y aun millones, de desplazados y afectados.
Ante el desastre nacional y la ocupación neocolonialista de
México, una opción ciudadana popular que desplace del gobierno a los
responsables de la catástrofe es impostergable; una alternativa que sea capaz
de reinventar la política y construir los senderos hacia una Nueva
Constituyente. Por ello, tenemos una fuerte responsabilidad con nuestro pueblo.
Composición
social de la Unión Patriótica
Nuestra Unión Patriótica tiene tras de sí diversas experiencias
e historias unitarias derivadas de diversas iniciativas convergentes, entre las
que destacan: el Frente Democrático Nacional, la Convención Nacional
Democrática, el Frente Nacional Contra la Privatización de la Industria
Eléctrica, la Promotora por la Unidad Nacional Contra el Neoliberalismo, el
Dialogo Nacional, el Frente Sindical, Campesino, Indígena y Popular, el
Movimiento por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los
Trabajadores y las Libertades Democráticas, el Congreso Social Hacia un Nuevo
Constituyente, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el Movimiento
#YoSoy132, la Convención Nacional Contra la Imposición y el Frente Amplio
Social.
A partir de las experiencias acumuladas, llamamos a
construir la unidad nacional contra el neoliberalismo y la ocupación
neocolonialista. Por tanto, la Unión Patriótica se constituye sobre la base de
la más amplia unidad de todas y todos quienes estamos por la defensa de la
patria, sin distinción de creencias, ideologías, preferencias políticas o de
cualquiera otra índole.
Programa
de lucha
Nuestro programa es democrático nacional, refleja la alianza
y la unidad en la acción de diversos grupos y clases sociales, organizaciones,
comunidades y personas dispuestas a enfrentar la embestida del gobierno de
Enrique Peña Nieto y los intereses antinacionales considerados en el Pacto por
México, el Consenso de Washington, el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte, el Acuerdo para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, el Plan
Mérida y la última generación de contrarreformas estructurales, y defender el
contenido social y patriótico de la Constitución y confluir en la defensa de
los energéticos, la educación pública, los derechos sociales del pueblo de
México, la paz, la democracia, la soberanía nacional, los territorios, el agua
y los recursos minerales. Luchar contra la reforma fiscal que incrementa los
impuestos y los precios de los bienes y servicios públicos.
La
manifestación del 6 de octubre
Nuevamente volvieron a salir a la calle, el 6 de octubre,
decenas de miles de mexicanos en defensa de las industrias petrolera y
eléctrica nacionalizadas, en contra de los planes privatizadores de Enrique
Peña Nieto, el PRI, el Partido Acción Nacional y otros instrumentos políticos
de la derecha antinacional y los monopolios y el gobierno norteamericanos, en
solidaridad con el magisterio y el Sindicato Mexicano de Electricistas,
agredidos por los neoliberales y la gran burguesía. La manifestación estuvo
encabezada por Andrés Manuel López Obrador. El recorrido transcurrió entre el
Ángel de la Independencia y el Caballito, por el Paseo de la Reforma.
En su discurso, Andrés Manuel expresó la solidaridad con los
afectados por las inundaciones en Guerrero, Veracruz y otras partes del país.
Ratificó, asimismo, el respaldo a los maestros del país, que luchan por sus
derechos, a los electricistas despedidos “y a todos los mexicanos que defienden
el territorio, los recursos naturales y los derechos políticos, laborales,
colectivos y humanos”.
Con claridad, señaló: “Sabemos que la reforma al artículo 27
de la Constitución significa, como ellos mismos lo afirman con cinismo, la
posibilidad de otorgar contratos de utilidad compartida en la exploración y la
perforación de pozos petroleros. Es decir, quieren compartir con las compañías
petroleras extranjeras las ganancias del pueblo y de la nación.
“Sabemos también que para compensar el desfalco que dejaría
el traslado de la renta petrolera hasta el 50 por ciento a empresas
extranjeras, pretenden aumentar impuestos para recaudar 250 mil millones de
pesos y, al mismo tiempo, aumentar el déficit público en 1.5 por ciento del
PIB, para contratar deuda pública por otros 250 mil millones de pesos. Es
decir, su plan es obtener de los bolsillos de los mexicanos y endeudando al
país, 500 mil millones de pesos, cantidad equivalente a lo que se entregará en
utilidades a las compañías petroleras extranjeras”.
Agregó “que la reforma al artículo 28 de la Constitución,
busca privatizar la refinación del petróleo, la petroquímica, el gas, la
industria eléctrica, así como la distribución, la comercialización y el
transporte de los energéticos; de esa forma nos dejarían sin la posibilidad de
utilizar al sector energético como palanca del desarrollo para industrializar
al país, crear empleos y reducir el precio de las gasolinas, el gas y la luz”.
A continuación, el líder de Morena explicó que el movimiento
en contra de la entrega de los energéticos al capital extranjero y el aumento
de impuestos, serán enfrentados mediante “acciones de desobediencia civil que
llevaremos a cabo, en el marco de la no violencia”. La lucha no es sólo por
defender la industria petrolera y la industria eléctrica nacionalizadas, sino
“el objetivo superior es transformar al país”. Este objetivo plantea la
necesidad de no caer en desahogos emocionales y en provocaciones. En
consecuencia, hay que actuar con responsabilidad.
AMLO pasó a plantear: “Pongo ahora a consideración de
ustedes este Plan de Acción para frenar la Privatización del Sector
Energético y el Aumento de Impuestos”.
“Se trata de que, entre todos, decidamos lo que más conviene
al movimiento y al país. Hay que escoger entre tres opciones. Aquí voy a
explicarles en qué consisten.
“En estos momentos se está distribuyendo una hoja con las
tres opciones, para que al final de la asamblea se vote en las urnas ya
instaladas y hoy mismo o a más tardar mañana, sepamos el resultado y nos
preparemos, con tiempo, para la acción.
“La primera opción consiste en lo siguiente: Organizar un cerco
civil pacífico alrededor de la Cámara de Senadores, desde que comience a
dictaminarse la iniciativa para reformar los artículos 27 y 28
constitucionales; de aprobarse la Reforma Energética en el Senado, organizar el
cerco pacífico en la Cámara de Diputados, y cerco pacífico a los 31 congresos
estatales para que rechacen la reforma”.
La segunda propuesta comprende, entre otras, las siguientes
acciones: Celebrar otra concentración nacional en el Zócalo de la Ciudad de
México el domingo 27 de octubre, a las 10 de la mañana; usar un listón tricolor
como símbolo de nuestra lucha por la soberanía y contra la reforma energética y
el aumento de impuestos; promover el uso de las redes sociales y las nuevas
tecnologías para informarse e informar sobre nuestro movimiento; acción
permanente en redes sociales con la mención “EPN traidor a la patria” y el
hashtag #EPNTraidorALaPatria, procurando que se sostenga esa frase el mayor
tiempo posible; promover amparos masivos y acciones colectivas para no pagar la
electricidad ni los aumentos de impuestos; formar brigadas para informar a la
población del saqueo de los bienes y recursos de la nación y de las personas y
grupos de poder involucrados, y construir una alianza nacional con
organizaciones sociales, políticas y ciudadanas con el objetivo de frenar la
reforma energética y los aumentos de impuestos, y echar abajo las reformas
aprobadas.
La tercera opción es la suma de las dos propuestas
anteriores.
El 7 de octubre, Andrés Manuel informó que ya se
recolectaron 421 mil 233 firmas para conseguir la consulta popular sobre la
reforma energética y efectuar un cerco civil pacífico a la Cámara de Senadores,
al dictaminarse las modificaciones a los artículos 27 y 28 de la Constitución
General de la República.
La campaña para recolectar firmas seguirá hasta el 27 de
este mes, día en que se llevará a cabo la asamblea nacional de Morena en la
Plaza de la Constitución del Distrito Federal, donde volverá a celebrarse un
recuento de votos. Se calcula que se reunirán más de un millón de firmas.
En el acto del 6 de octubre, 36 mil 291 ciudadanos, de un
universo de 43 mil 140 votantes, se manifestaron por el Plan de Acción en
Defensa del Petróleo, Gas e Industria Eléctrica.
De acuerdo con SDP Noticias: “En un comunicado, detalló que
de acuerdo con la votación recibida la víspera, 36 mil 291 personas votaron a
favor de la opción tres del Plan de Acción en Defensa del Petróleo, Gas e
Industria Eléctrica”.
Éstos son algunos de los elementos fundamentales que
configuran la actual situación política de México, que pueden sintetizarse en
pocas palabras con el incremento de la debilitad política y el aislamiento
social del régimen neoliberal con el PRI al frente y sus contlapaches panistas,
chuchistas , similares y conexos, el ascenso de las luchas sociales de
diversos grupos y sectores, la incapacidad del neoliberalismo para tomar
medidas preventivas contra los embates de la naturaleza, y el avance de la
izquierda y las fuerzas populares rumbo a la unidad para impedir la entrega del
petróleo y la electricidad a los grandes saqueadores al norte del río Bravo,
echar abajo las contrarreformas laboral y “educativa”, poner un alto al
bandidaje sin freno de las trasnacionales mineras y preparar las condiciones
para conquistar un régimen político que ponga en el centro los intereses
nacionales y populares. En eso estamos la mayoría de los mexicanos.
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