miércoles, 28 de julio de 2010

Y sólo era el principio…

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El 15 de octubre, último día del Congreso, el tzeltal Sebastián Gómez (homónimo de un dirigente de Cancuc en 1712) habló de Fray Bartolomé:

Si nosotros exigimos derecho, o queremos pedir nuestra tierra, no podemos [...] ahora nos imponen a las autoridades y hasta con federales: como en Chamula, donde hemos padecido cárcel y muerte por defender nuestro derecho, mientras las autoridades mandan miedo. Por eso mismo es que hay atropellos de los finqueros, como en San Francisco, Altamirano, en donde fueron quemadas sus casas por los mismos soldados sólo por pedir tierras… ¿Entonces dónde está la libertad que dejó Fray Bartolomé? Hemos venido sufriendo la injusticia durante 500 años y seguimos igual -o siguen las injusticia sobre nosotros-, o siempre nos quieren manejar como criaturas, porque somos indígenas y piensan que no tenemos derecho y que no sabemos pensar [...] Bueno compañeros, ahora Fray Bartolomé ya no vive, sólo en su nombre hacernos este Congreso, él ya murió y ya no esperamos otro. ¿Quién nos va a defender sobre las injusticias y para que tengamos libertad?… los ladinos yo creo que no nos van a defender, el gobierno tal vez si, tal vez no, entonces… ¿quién nos va a defender? Yo pienso que nuestra única defensa es organizándonos todos para que podamos tener libertad trabajar mejor. Nosotros tenemos que ser todos el nuevo Bartolomé: lo vamos a lograr cuando seamos capaces de defender la organización, porque la unión hace la fuerza.

Y es que del 12 al 15 de octubre de 1974 se celebró en San Cristóbal el Primer Congreso Indígena, que vino a salir después de largos meses de acuerdos, discusiones, reuniones, subcongresos: desbordando como río de montaña el cauce pensado de antemano por sus organizadores. Reunió entonces a los representantes, democráticamente electos en un ejercicio sin precedentes; el de los cuatro más numerosos grupos étnicos de Chiapas.


http://coreco.org.mx/wordpress/?page_id=159

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