miércoles, 4 de enero de 2012

CRONOLOGIA DEL MOVIMIENTO SOCIAL 5ta PARTE

POR OPEZ-MLN


Otro problema relacionado tenía que ver con la precaria situación del Gobierno Autónomo en Rebeldía encabezado por Amado Avendaño. Tras la imposición de Robledo se volvió cada vez más difícil mantener el gobierno autónomo como algo más que un símbolo de resistencia. La ofensiva de febrero de 1995 debilito sus perspectivas. Ahora el ejército federal no solo patrullaba las comunidades zapatistas, sino también las regiones autónomas plurietnicas. La militarización había animado a los terratenientes a incrementar sus ataques contra los miembros del CEOIC, lo que condujo a los ya mencionados desalojos de abril y mayo de 1995 en Salto de Agua, Venustiano Carranza, Suchiate y Jaltenango. A pesar de tales acontecimientos, Avendaño no abandonaría la lucha por el reconocimiento del gobierno rebelde. Siguió dando charlas y conferencias en Estado Unidos y creía que la solidaridad internacional ayudaría a rescatar los que claramente era una situación imposible. En Chiapas, especialmente en Suchiate, Venustiano Carranza y Sabanilla, las guardias blancas habían tomado la ofensiva y, sin tener una solución a la vista, el CEOIC, sumándose a la AEDPCH, decidió, por mayoría de votos, reunirse con Dante Delgado.

La manera en que esa decisión fue comunicada a los zapatistas fue típica de la peor política sectaria. La que era una situación sumamente compleja y urgente fue presentada como un simple acto de traición, como si los lideres de viejas organizaciones independientes como la CIOAC, OCEZ-CNPA y XI’NICH, los movimientos más grandes dentro del CEOIC y la AEDPCH, se hubieran vendido al gobierno por su decisión de abrirse a las negociaciones. Marcos escribió una carta condenatoria en la que criticaba a esos elementos de la AEDPCH y reprendía a los “traidores” por creer que “la lucha sería fácil, cómoda, llena de fotógrafos y grandes manifestaciones. Olvidaron que la libertad se gana con sacrificios, que las derrotas son algo normal para quienes pelean y que la victoria no es el producto de una bandera o de una declaración, sino de la organización, la combinación de fuerzas, el compromiso político y la fortaleza de convicciones.

La carta cayó como una bomba entre los dirigentes de la AEDPCH, que habían pasado toda su vida adulta “combinando fuerza”, dedicados a su causa. Un burócrata federal no iba a disipar la fortaleza de sus convicciones pero, excepto por la posibilidad de unirse al EZLN en las platicas de paz que aun quedaban pendientes, las opciones parecían agotarse.

Ofendidos por el contenido y por el tono de la carta de Marcos, los lideres acusados respondieron explicando con detalle el trasfondo de su decisión así como el hecho de que en ocasiones anteriores habían tratado de coordinarse con el EZLN, a la vez que criticaban lo que consideraban como una postura francamente ingenua por parte de Amado Avendaño a propósito de la fuerza política del gobierno rebelde. Los líderes de la ARIC-independiente también discreparon de los comandantes zapatistas y les recordaron que el EZLN no existiría de no ser por el compromiso político y el sacrificio de muchos de sus miembros a lo largo de los veinte años anteriores.

Las dificultades que enfrentaba el CEOIC se hicieron evidentes con una nueva oleada de violentos desalojos en noviembre de 1995. Esos acontecimientos coincidieron con la reanudación de las pláticas de paz entre el EZLN y el gobierno en san Andrés Larraizar. A principios de octubre el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, se había reunido con dirigentes de las asociaciones ganaderas y prometió que los invasores de tierras serian desalojados después de las elecciones municipales del 15 de octubre. Conforme llegaban noticias de detenciones, golpizas y asesinatos en diversas partes del estado, las negociaciones en San Andrés se encontraban-según palabras de un comentarista- en “el ojo del huracán”. Los representantes de AEDPCH informaron a los negociadores reunidos en San Andrés que se había roto sus pláticas con Dante Delgado debido a la falta de soluciones a sus demandas agrarias. También dieron lectura a una larga lista de acciones violentas contra miembros de organizaciones populares en 1995 que incluía 860 detenciones, 50 desalojos y 40 asesinatos por motivos políticos. En diciembre de 1995 la policía judicial desalojo de manera violenta tres propiedades ocupadas por la OCEZ-CNPA desde marzo de 1994: “Arturo Albores”, “Albores de Zapata” y “6 de Marzo”. Más cien campesinos fueron detenidos y doscientas casas fueron quemadas. En febrero de 1996 el gobierno federal y sesenta y nueve organizaciones campesinas (oficiales e independientes) firmaron una serie de acuerdos para resolver más de dos mil conflictos agrarios en Chiapas. El gobierno acordó distribuir sesenta mil hectáreas a las organizaciones independientes representadas por la AEDPCH. No obstante, para julio de 1996 solamente se habían distribuido cinco mil hectáreas.

En dónde estamos ahorita?...

Textos tomados del libro “La rebelión de Chiapas” La lucha por la tierra y la democracia.

Del Autor NEIL HARVEY

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